Lo que pasa por tu cabeza

A la mierda. De pronto, cuando eres (cuando éramos) adolescentes, querías mandar todo a la mierda. Pero en serio. Que se jodiera el puto mundo, sus hipocresías, mentiras y ridiculeces, establecidas por las generaciones anteriores, todos aquellos creadores de utopías y mundos felices que terminaron vendiéndose, mintiéndose o inventando cosas peores, y fortaleciendo una sociedad exitista e idiota, sin interés en que las personas se desarrollen y expresen de forma libre y verdadera; una sociedad lo suficientemente cobarde como para buscar la ceguera voluntaria, censurando o reprimiendo a cada atisbo de librepensamiento...

... Y si bien podrías tener razón, la verdad es que, cuando eres adolescente, putear al mundo y llamar a la revolución es una forma de no enfrentar varios de tus dilemas personales: que, quizá, no eres tan divertido, tan bonito o tan inteligente como otros, o que, quizá, no estás interesado ser divertido, bonito o inteligente. Quizá no quieres seguir a todos los demás, simplemente. Pero no esperabas que ese camino fuera tan solitario, y tan cuestionable a los ojos de quienes tienes a tu lado. Quizá te cuesta hablar, o expresarte, y has estado reprimiendo todos sus sentimientos negativos hasta que empiezan a golpearte desde las entrañas, hasta que un día, quizá, termines reventando, en todas direcciones, disparando hacia todos lados...

...O quizá, haya un escape para todo esto. Una válvula para dejar salir toda esa ira acumulada.

En esta película, Mark Hunter (Christian Slater) encuentra esa salida, en una estación de radio pirata. Mark es un joven retraído -casi autista- que llegó desde NY a vivir con sus padres a un suburbio de Arizona. No es capaz de entablar conversación con ninguna chica del colegio. De hecho, no es capaz de entablar una conversación con nadie en su colegio (aunque, aparentemente, era capaz de hacer todo eso cuando vivía en la Gran manzana, no queda muy claro la verdad). El colegio en el que va es el que tiene el mejor puntaje SAT de la región, aunque esconde un secreto sucio y reprochable para mantenerlo. Para ese colegio trabaja su padre, un ex-hippie contracultural que se ha vendido al sistema, siendo el empleado de aquellos con los que luchó. Mark odia a sus padres, a su represiva escuela, a su propia soledad y timidez, y a una sociedad que considera falsa y estúpida. Y, casi por accidente, empieza una radio pirata. Usando un distorsionador de voz, crea a "Happy Harry Hard-on", su alter ego, con el que transmite toda su rabia y amargura, no sin una buena dosis de humor. Harry es todo lo que Mark no puede ser en público: un pervertido capaz de masturbarse (de mentira) en vivo, un payaso triste capaz de desentrañar el absurdo de la vida diaria de adolescentes y adultos, un crítico social capaz de denunciar todas las cosas que están mal con la escuela, con los padres, con el gobierno y el país, y con el barrio en el que vive. Y sus compañeros de escuela lo están escuchando, y, entre broma y broma, lo toman en serio. Le escriben cartas, hablan con él por teléfono y se identifican con sus críticas. Mark lo único que buscaba era expresarse, y termina convirtiéndose en la voz de todos los que se sienten pasados a llevar. Y eso va a generar roces con la autoridad.

Para suerte de Mark, allí aparece Nora Diniro (Samantha Mathis), chica lista (y, en principio, más valiente y decidida que Mark, y tanto o más horny que él), además de seguidora número uno que descubre su identidad y que tratará de alentarlo para que el protagonista asuma la responsabilidad que ha adquirido como representante de toda la juventud del barrio. Evidentemente, también se vuelve el interés romántico de Hard Harry.

Como esto es una radio, Mark programa música. Punk rock, rap y pop/rock alternativo pasan por la película, además del tema principal, el amargo "Everybody Knows" de Leonard Cohen, que la verdad es una canción estupenda, porque pasa de el tremendismo a nivel político y mundial ("Todo el mundo sabe que la pelea estaba arreglada/El pobre se queda pobre, el rico se vuelve rico") a niveles más personales, en particular, románticos ("Todo el mundo sabe que tu has sido fiel/Ah, quita o pon una noche o dos"). También se encuentran una versión de "Kick Out The Jams", por Henry Rollins y Bad Brains ("déjame ser quien soy"), y otros dos covers: "Everybody Knows" en versión de Concrete Blonde y "Me and The Devil" de Robert Johnson ("Temprano esta mañana/golpeaste a mi puerta/y yo te dije: "Hola Satanás, creo que es tiempo de irnos") , en versión de los Cowboy Junkies. En el soundtrack oficial, aparecen también gente como los Pixies, Soundgarden, los raperos Above the Law (con una temón llamado "Freedom of Speech"), Sonic youth y otros ilustres. Sin embargo, más interesante es que el la película aparecen muchas canciones más, como el alocado track de Descendents "Wienerschnitzel", o el agresivo tema "Scenario" de los Beastie Boys, el increíble "Dad, I'm in Jail" de Was (Not Was) y otros ilustres, como Ice-T, Richard Hell, Peter Murphy y otro tema de Leonard Cohen. Consistencia estilística (más o menos) pero por sobre todo, consistencia temática, entre el guión y la música. Perfecto, al menos para mí.

No puedo decir mucho más. Solo que la vean, porque se lo merece. Lo único que lamento de esta película es no poder haberla visto cuando era más chico (no sabía como se llamaba y no la encontraba en ningún lado). Sin embargo, para el que le interese, aquí está la película más los subtítulos en cuatro links(uno - dos - tres - catorce). Y el soundtrack (incluyendo los temas que sólo aparecen en la película) se pueden encontrar en T! Les dejo algunos temas:







Above the Law - Freedom of Speech



Beastie Boys - Scenario

Was (Not Was) - Dad I'm in jail

Soundgarden - Heretic